EUROPA
PRESS
5 septiembre
2018
Izpisua
logra curar grandes heridas regenerando la piel y sin necesidad de injertos
Un equipo de científicos liderado por
el profesor del Laboratorio de expresión Génica del Instituto Salk (EEUU) y catedrático extraordinario de Biología del
Desarrollo de la UCAM, Izpisua Belmonte, ha
desarrollado una técnica para curar grandes heridas regenerando la piel y sin
necesidad de injertos.
Este procedimiento, que ha sido publicado en la revista 'Nature' y que está basado en la reprogramación celular
hasta un estado similar al de las células madre, también podría ser útil para
curar otros daños de la piel, contrarrestar los efectos del envejecimiento o
ayudarnos a comprender mejor el cáncer de piel.
"Nuestras observaciones constituyen una prueba de
concepto para la regeneración 'in vivo' de un tejido tridimensional completo
como es la piel, no sólo diferentes tipos de células aisladas como se ha hecho
anteriormente", ha explicado Izpisua, autor del
artículo publicado en Nature.
Las úlceras cutáneas (heridas que pueden extenderse a través
de múltiples capas de la piel) generalmente se tratan de forma quirúrgica,
trasplantando piel de otro lugar para cubrir la herida. Sin embargo, cuando la
úlcera es especialmente grande, resulta difícil para los cirujanos injertar
suficiente cantidad de piel para resolver el problema.
En estos casos, se pueden aislar células madre de la piel
del paciente, hacerlas crecer en el laboratorio y trasplantarlas nuevamente al
paciente.
Ahora bien, este procedimiento requiere "gran cantidad
de" tiempo, lo que pone en riesgo la vida del paciente y, algunas veces,
no es efectivo.
Ante este escenario, el objetivo de Izpisua
y del investigador y coautor del trabajo, Masakazu Kurita, ha sido convertir directamente estas otras células
de la herida en queratinocitos basales, sin necesidad
de sacarlas del cuerpo.
En primer lugar los investigadores compararon los niveles de
diferentes proteínas presentes en los dos tipos de células, inflamación y queratinocitos. Así, identificaron 55 factores de
reprogramación (proteínas y ARNs) potencialmente
involucrados en la diferenciación de células de inflamación en queratinocitos basales y, tras diferentes experimentos,
redujeron la lista a cuatro factores que podrían estar implicados en este
proceso.
Cuando el equipo investigador trató tópicamente úlceras
cutáneas de ratones, con los cuatro factores, éstas desarrollaron una piel sana
(conocida como epithilia) en 18 días. Con el tiempo,
este epitelio se expandió y se conectó a la piel circundante, incluso en las
úlceras más grandes.
Las células generadas se comportaron como células sanas de
la piel en una serie de pruebas moleculares, genéticas y celulares realizadas
hasta 6 meses después. Ahora bien, los expertos han reconocido que antes de
llegar a la clínica, se deben hacer más estudios de seguridad a largo plazo y
mejorar la eficiencia de la técnica tanto como sea posible.
"Este estudio, promovido y desarrollado en colaboración
con la UCAM, está en la línea de la política de investigación de esta
universidad, marcada por nuestro presidente, José Luís Mendoza: de calidad,
colaborativa a nivel internacional entre científicos básicos y clínicos, y que
redunda en beneficio del paciente", ha zanjado la vicerrectora de Investigación
de la UCAM y coautora del trabajo, Estrella Núñez.